Actualmente más de 347 millones de
personas en el mundo padecen Diabetes tipo 2 y esta cifra aumenta cada día. Las causas son complejas, pero en gran parte están
relacionadas con el rápido aumento del sobrepeso, la obesidad y la inactividad
física.
Existen estados de
transición entre la normalidad y la Diabetes conocidos como PREDIABETES: La
intolerancia a la glucosa y la
alteración de la glicemia en ayunas y quienes los sufren corren mayor riesgo de
progresar hacia la diabetes tipo 2,
aunque esto es evitable. A estos trastornos agregamos uno más: la resistencia a
la insulina.
La Curva de Tolerancia Oral Glucosada
(CTOG) y la Prueba de Tolerancia Oral Glucosada (PTOG) son métodos para el diagnóstico de estos trastornos metabólicos.
Cuando se suministra la glucosa por
boca, la absorción desde el tracto gastrointestinal hacia la sangre continúa
durante un lapso variable y pone en marcha una cascada hormonal y metabólica.
La tolerancia a la glucosa suministrada por vía oral, mide el balance entre la
velocidad de pasaje de la glucosa al fluido extracelular y su separación por la
asimilación celular y la excreción urinaria
si la hubiere.
Ambas pruebas miden la respuesta
de Glicemia e Insulina a una carga de
Glucosa, de esta forma se hace el diagnostico de Prediabetes o de Diabetes. La
diferencia entre ellas es que durante la CTOG se mide dicha respuesta cada
media hora durante 2 horas (ayuno y 30’60’90’120’ postcarga) y en la PTOG solo
se mide a las 2 horas (ayuno y 120’ postcarga). La elección de cual prueba se realizará
depende del criterio médico.
Cuando una persona tiene Diabetes no debe
realizarse la CTOG ni la PTOG pues el diagnóstico está hecho y es contraindicada
la ingesta de glucosa. El seguimiento de estos pacientes se hace, entre otros,
con la prueba de Glicemia en ayuno y 2 horas postprandial, es decir, 2 horas
posterior al desayuno y este debe ser igual al de todos los días (ej. Arepa,
leche y fruta) evitando dulces de cualquier tipo: tortas, galletas, chucherías,
azúcar.